El ecosistema de pagos digitales en Perú atraviesa una etapa de expansión acelerada, marcada por un cambio profundo en los hábitos financieros de la población. Impulsado por la necesidad de transacciones más rápidas, seguras y sin contacto físico, el país ha logrado avances notables en la adopción de tecnologías que redefinen la relación entre ciudadanos y servicios financieros.
Según cifras del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), el 58% de los peruanos ya utiliza algún tipo de pago digital. Este dato refleja una evolución significativa respecto a años anteriores, con un crecimiento del 77% en el uso de billeteras digitales y un aumento del 85% en pagos mediante código QR, que alcanzan cerca de 26 millones de operaciones mensuales. La tendencia es clara: los métodos modernos de pago están ganando terreno frente al efectivo, aunque este aún representa el 44% de las transacciones.
Más allá de la comodidad, el auge de los pagos digitales ha tenido un impacto directo en la inclusión financiera. De acuerdo con el Estudio Nacional del Consumidor Peruano (ENCP), la tasa de bancarización pasó del 54% en 2022 al 65% en 2024, evidenciando una mayor integración de la población a los servicios financieros formales.
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Sin embargo, el crecimiento del ecosistema digital no está exento de desafíos. Durante el Foro Payments Innovation Perú 2025, Eduardo Luna, CEO de Monnet Payments, advirtió sobre la necesidad de establecer un marco regulatorio sólido que garantice la seguridad del sistema. “Un ecosistema mal gestionado puede abrir la puerta al fraude. La regulación es clave para proteger a los usuarios y fortalecer la confianza”, señaló.
En respuesta, el gobierno peruano ha comenzado a implementar medidas concretas. Una de las más destacadas es la ley que permite el pago de sueldos a través de billeteras digitales en los sectores público y privado. Esta iniciativa ha sido celebrada por actores clave como Yape y Plin, que ven en ella una oportunidad para ampliar el acceso a servicios financieros y modernizar la infraestructura de pagos.
Perú también mira hacia modelos internacionales para fortalecer su estrategia. Brasil, con su sistema Pix, se ha convertido en referente regional por su capacidad de ofrecer pagos instantáneos e interoperables. Colombia, por su parte, avanza con el sistema Bre-B, diseñado para facilitar la interoperabilidad entre billeteras digitales y otras plataformas financieras. Luna destacó que Perú podría beneficiarse de un sistema estatal similar, aprovechando la eficiencia del BCRP en la gestión de pagos.
La combinación de innovación tecnológica, regulación efectiva e inspiración regional posiciona a Perú en una ruta clara hacia la consolidación de un ecosistema de pagos digitales robusto y accesible. Esta transformación no solo facilitará las transacciones cotidianas, sino que también contribuirá a una inclusión financiera más profunda y a un desarrollo económico más equitativo.