En América Latina, donde los desafíos económicos suelen golpear con fuerza a las familias, la educación financiera infantil se convierte en una herramienta clave para construir sociedades más responsables y resilientes. Según el informe PISA de la OCDE, uno de cada cuatro adolescentes carece de conocimientos financieros básicos, una cifra que evidencia la urgencia de abordar este tema desde los primeros años de vida.
Aprender a administrar el dinero no es solo una habilidad útil, sino una necesidad para la vida adulta. Por eso, expertos como Andrés Uribe, director de Finanzas de MAPFRE, insisten en que “promover una cultura financiera y del seguro en casa puede proteger el desarrollo saludable de los niños, formando adultos conscientes que toman decisiones responsables”.
Uribe propone cinco estrategias prácticas para que los padres puedan fomentar esta cultura desde el hogar:
1. Naturalizar el diálogo sobre el dinero
Hablar de dinero no debe ser tabú. Al contrario, incluirlo en las conversaciones familiares con un enfoque positivo permite que los niños lo vean como una herramienta para alcanzar metas, disfrutar y ayudar a otros.
2. Incentivar el ahorro como hábito motivador
El ahorro debe presentarse como una forma de alcanzar objetivos, no como una privación. Una alcancía puede ser el primer paso. Enseñarles a guardar al menos el 20% de sus ingresos, como dos soles de cada diez que reciban, les da una regla sencilla que podrán aplicar toda la vida.
3. Predicar con el ejemplo
Mostrar cómo funcionan los seguros contratados en casa —como el SOAT, el seguro de salud o el seguro vehicular— ayuda a los niños a entender que prevenir es también una forma de ahorrar. También se pueden incluir herramientas como fondos universitarios o seguros de vida con devolución, que combinan protección y ahorro a largo plazo.
4. Incluirlos en las finanzas del hogar
A medida que crecen, es importante que los niños participen en actividades como ir al banco, hacer depósitos o revisar el presupuesto familiar. Esto les da una visión realista de cómo se administra el dinero en casa y los prepara para hacerlo en el futuro.
5. Formar consumidores inteligentes
Desde pequeños, los niños deben aprender a diferenciar entre lo que necesitan y lo que desean. Entender conceptos como precio, descuento y oferta les permitirá tomar decisiones de compra más conscientes y convertirse en consumidores responsables.
Con paciencia, diálogo y coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, es posible formar hijos emocionalmente sanos y preparados para enfrentar los retos económicos del mañana. La educación financiera no debe ser una lección aislada, sino una experiencia cotidiana que fortalezca a toda la familia.
Esta publicación fue modificada por última vez el agosto 28, 2025 5:08 am