La firma alemana Hugo Boss ha iniciado un reajuste en su estrategia de producción para mitigar los efectos de los aranceles impuestos por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. La compañía ha reducido su dependencia de China, desviando parte de su manufactura hacia Perú y Turquía, mercados con condiciones comerciales más favorables.
Actualmente, cerca de 4% de los productos de Hugo Boss en EE. UU. provienen de China. Ante el encarecimiento del comercio con ese país, la empresa busca garantizar el suministro a sus tiendas mediante la diversificación geográfica y el incremento de inventario en territorio estadounidense.
El impacto de la guerra comercial coincide con un periodo de volatilidad para la marca. Tras la publicación de resultados financieros del primer trimestre, las acciones de Hugo Boss subieron 10%, aunque acumulan una caída de 15% en lo que va del año. A pesar de ello, la firma mantiene su estrategia de reposicionamiento enfocada en atraer a públicos jóvenes con campañas como la protagonizada por David Beckham.
Estados Unidos, que representa 15% de sus ventas anuales, atraviesa un escenario complejo debido al temor a la recesión y la caída del tráfico en tiendas. Según Daniel Grieder, CEO de Hugo Boss, las visitas a outlets han disminuido entre 20% y 30% en los primeros meses de 2025, lo que refleja una menor confianza del consumidor.
En medio de este panorama, la compañía aún evalúa si ajustará los precios de productos clave como trajes y camisas en EE. UU. Grieder ha señalado que un aumento no es la prioridad, pues la marca busca mantener la lealtad de sus clientes sin afectar su competitividad.
El traslado de parte de su producción a Perú responde a la necesidad de adaptación en un entorno comercial cambiante. Hugo Boss se suma así a la tendencia de grandes empresas que han modificado sus cadenas de suministro para proteger su rentabilidad y presencia internacional.
Esta publicación fue modificada por última vez el mayo 9, 2025 9:45 am