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A casi una década de su lanzamiento, Bim, la primera billetera móvil del sistema financiero peruano, ha transitado un camino marcado por desafíos estructurales, decisiones estratégicas y una transformación que hoy la posiciona como una herramienta clave en la inclusión financiera del país. Con más de dos millones de usuarios y 4.5 millones de transacciones mensuales, su evolución refleja tanto los obstáculos iniciales como el potencial de adaptación frente a un entorno competitivo.
El proyecto nació en febrero de 2016 bajo la administración de Pagos Digitales Peruanos S.A. (PDP), con el respaldo de 34 entidades financieras y tres de las cuatro operadoras de telecomunicaciones del país. Las expectativas eran altas: cinco millones de usuarios en cinco años y una masificación del dinero electrónico. Sin embargo, la falta de una red eficiente para el ingreso y retiro de efectivo (cash in/out) limitó su expansión en los primeros años, revelando una brecha crítica en la infraestructura operativa.
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La transición hacia un aplicativo móvil en 2018 y la incorporación de Bitel como operador marcaron un punto de inflexión. Bim comenzó a ofrecer servicios como envío de dinero, recargas, pagos de servicios básicos y trámites estatales, logrando cerrar 2020 con más de un millón de usuarios y un volumen transado superior a S/ 300 millones.
Ese mismo año, Compartamos Financiera asumió el control de la billetera tras aportar S/ 12.5 millones al capital de PDP, alcanzando una participación del 55.56 %. Desde entonces, la estrategia se orientó hacia la atención de segmentos no bancarizados, incorporando funcionalidades como desembolso y pago de créditos directamente desde la app.
No obstante, la pandemia aceleró la adopción de otras billeteras digitales como Yape y Plin, que hoy superan los 17 y 11 millones de usuarios respectivamente. Analistas del sistema financiero coinciden en que, pese al respaldo institucional inicial, Bim perdió impulso cuando las entidades financieras priorizaron sus propias soluciones digitales. Mientras otros aplicativos apostaron por una expansión agresiva, Bim se enfocó en mejorar la experiencia de sus usuarios actuales, dejando en segundo plano su crecimiento.
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El panorama cambió con la transformación de Compartamos en banco. Ralph Guerra, gerente general de Compartamos Banco, anunció una nueva etapa centrada en la digitalización, con Bim como pieza clave en su estrategia. En septiembre de 2024, la entidad expresó su intención de adquirir el 100 % de las acciones de la billetera, lo que permitiría una integración más sólida con los servicios bancarios y una mayor capacidad de innovación.
Además, Bim se alinea con los esfuerzos del Banco Central de Reserva del Perú (BCR) en materia de interoperabilidad y muestra interés en participar como canal de uso para la futura moneda digital peruana. Esta visión renovada, respaldada por una estructura bancaria robusta, podría permitirle recuperar terreno y consolidarse como una solución eficiente, inclusiva y sostenible en el ecosistema financiero digital.
La historia de Bim es la de una plataforma que, tras enfrentar limitaciones estructurales y una competencia feroz, apuesta por reinventarse con una propuesta centrada en la inclusión, la tecnología y la transformación del modelo de negocio. Su éxito futuro dependerá de su capacidad para adaptarse, escalar y responder a las nuevas demandas del mercado digital peruano.