El crecimiento sostenido del comercio marítimo en Perú durante las últimas dos décadas ha abierto la posibilidad de que el país se consolide como un hub portuario regional. Sin embargo, esta ambición enfrenta retos logísticos, regulatorios y de infraestructura que aún limitan su competitividad frente a otros actores latinoamericanos.
Entre 2004 y 2024, el volumen de carga movilizada por puertos peruanos se triplicó, impulsado por más de 3.000 millones de dólares en inversión privada. Solo entre 2020 y 2024 se ejecutaron cerca de 2.000 millones, lo que refleja el dinamismo del sector. La inauguración del puerto de Chancay en noviembre de 2024 marcó un hito: en su primer semestre de operación movilizó 1,2 millones de toneladas métricas, equivalente al 3,5 % del total nacional.
A pesar de este avance, el Callao continúa liderando el sistema portuario con 22,7 millones de toneladas, cerca del 70 % de la carga nacional, seguido por Matarani (Arequipa) con 4,1 millones. En términos de contenedores, Perú movilizó 3,3 millones de TEU en 2024, por debajo de Colombia (5,3 millones) y Chile (4,5 millones). No obstante, el Callao se posicionó como uno de los puertos más activos del Pacífico, con 1,7 millones de TEU en el primer semestre de 2025, solo superado por Manzanillo en México.
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El desarrollo portuario peruano depende de nuevas inversiones estratégicas. Entre los proyectos en agenda destacan Matarani (US$700 millones), Marcona (US$400 millones), Corío (US$7.000 millones) y Puerto Eten (US$560 millones). La viabilidad de estos planes está estrechamente ligada a la demanda sectorial: Matarani concentra el 68 % de su flujo en minería, mientras que Salaverry reparte casi el 90 % entre agroindustria y minería.
Sin embargo, el avance portuario no puede desligarse de los desafíos logísticos. Según el Banco Mundial, Perú se ubicó en 2024 en el 43 % inferior del ranking global de calidad logística, retrocediendo respecto a 2014. El Antepuerto del Callao sigue sin concretarse tras más de una década en fase técnica, y más del 80 % de las carreteras departamentales en regiones portuarias presentan condiciones deficientes. A esto se suman tensiones regulatorias, donde los avances en cabotaje contrastan con iniciativas legislativas que podrían restringir la inversión privada.
El crecimiento de Chancay confirma el potencial del país en comercio marítimo, pero alcanzar el estatus de hub regional exige más que cifras récord. La clave estará en articular inversión, conectividad y estabilidad normativa, junto con liderazgo político que impulse una visión logística de largo plazo.