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El Gobierno peruano ha intensificado las gestiones diplomáticas para preservar los beneficios del Tratado de Libre Comercio (TLC) suscrito con Estados Unidos en 2009, ante el riesgo de que nuevas disposiciones arancelarias afecten el flujo comercial bilateral. La medida busca proteger al menos el 98 % de los productos peruanos que hoy ingresan al mercado estadounidense sin pagar aranceles, y renegociar el 2 % restante para minimizar sobrecostos.
El ministro de Relaciones Exteriores, Elmer Schialer, confirmó que las negociaciones van más allá de los aranceles tradicionales. Incluyen temas sensibles para Estados Unidos como la lucha contra la piratería, el control de la informalidad y otras barreras no arancelarias. “Queremos cerrar un acuerdo bilateral que respete el espíritu del TLC”, señaló durante una entrevista en el programa Cuentas Claras de Canal N.
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La preocupación del Ejecutivo se concentra en sectores altamente dependientes del comercio con EE.UU., como el agro, los textiles y la manufactura ligera. Un aumento de las tarifas podría tener efectos adversos en la competitividad de estas industrias, en momentos en que el país busca reimpulsar sus exportaciones como motor de crecimiento económico.
Schialer destacó que Estados Unidos mantiene un superávit comercial sostenido con Perú, lo que reduce el margen de represalias. “Se han dado cuenta de que no somos una amenaza. Subir aranceles solo encarece productos para su consumidor final”, apuntó.
El canciller también abordó el proyecto del tren bioceánico, impulsado en conjunto con Brasil, que lleva más de dos décadas en evaluación bilateral. La iniciativa busca conectar el Atlántico con el Pacífico, facilitando el comercio brasileño hacia Asia a través puertos peruanos.
No obstante, Schialer reconoció que el tramo peruano implica un reto de ingeniería de gran escala, debido a la geografía andina. “Horadar los Andes cuesta un mundo de dinero. Los trenes más eficientes son los que menos curvas tienen, y en nuestro caso eso representa un problema técnico importante”, explicó.
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Las negociaciones en curso revelan una estrategia de Estado enfocada en consolidar vínculos con sus principales socios comerciales y al mismo tiempo abrir nuevas rutas de integración regional. Tanto el TLC con EE.UU. como el tren bioceánico con Brasil configuran piezas clave para fortalecer la competitividad del Perú en un entorno global marcado por la reconfiguración de cadenas logísticas y tensiones tarifarias.