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Tecnología conectada desde el origen hasta la tienda impulsa el futuro del comercio minorista

En el dinámico mundo del comercio minorista, la tecnología ha dejado de ser un complemento para convertirse en el eje central de las operaciones. Si bien los avances en conectividad han transformado la forma en que los minoristas gestionan sus tiendas, el verdadero potencial de estas herramientas solo se alcanza cuando se extienden más allá del punto de venta, hasta el origen mismo del producto.

La integración de datos desde el fabricante, pasando por la cadena de suministro, hasta llegar al piso de ventas permite contextualizar el comportamiento del comprador, optimizar la asignación de personal, mejorar la visibilidad del inventario y fortalecer la experiencia de marca. Esta visión holística revela patrones que antes permanecían ocultos y abre nuevas oportunidades para aumentar ingresos y eficiencia.

En el comercio minorista, cada eslabón de la cadena influye en la experiencia del cliente. Retrasos, errores o falta de información antes de que el producto llegue a la tienda pueden generar fricciones que afectan la fidelidad del consumidor. En un entorno omnicanal, donde los compradores consultan inventarios en línea antes de decidir dónde comprar, la precisión y visibilidad del inventario desde el origen son fundamentales.

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La falta de información sobre las etapas previas a la venta reduce la productividad del personal. Sin datos claros, los empleados dedican más tiempo a tareas manuales como el conteo de mercancía o la búsqueda de productos, y menos a atender al cliente. El etiquetado en origen —ya sea mediante vigilancia electrónica o identificación por radiofrecuencia (RFID)— no solo mejora la seguridad, sino que también proporciona visibilidad en toda la cadena de suministro, liberando tiempo y recursos.

Saber qué entra a la tienda es esencial para entender qué sale. Sin datos en tiempo real desde el fabricante, los minoristas no pueden identificar con certeza las causas de pérdidas, ya sea por robo, daño o errores logísticos. Los sistemas de análisis que no consideran esta información previa ofrecen diagnósticos incompletos. Ampliar la visibilidad hasta el punto de fabricación permite desarrollar estrategias más efectivas para reducir pérdidas.

La clave está en utilizar tecnologías ya conocidas —como las etiquetas RFID y las plataformas de análisis integradas— de forma estratégica. Aplicar estas herramientas desde el origen permite a los minoristas obtener información valiosa antes de que el inventario llegue a sus tiendas. Esto no solo mejora la precisión de los datos, sino que también reduce tareas manuales y asegura que los productos estén listos para la venta.

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Algunos minoristas ya han adoptado esta estrategia con resultados notables. Una marca que implementó visibilidad del inventario desde el origen reportó una reducción del 87% en roturas de stock en dos años, además de mejoras significativas en precisión de inventario, eficiencia operativa y conocimiento del comportamiento del consumidor.

Para los minoristas que aún no han iniciado este camino, colaborar con líderes en tecnología puede ser decisivo. Los socios que ofrecen software, hardware y servicios de soporte ayudan a maximizar el retorno de inversión y a diseñar programas de etiquetado en origen que aseguren el éxito a largo plazo.

En tiempos de cambio, los minoristas tienen una nueva oportunidad de evolucionar. Aquellos que extiendan sus sistemas conectados hasta el origen del producto no solo optimizarán sus operaciones, sino que también estarán mejor preparados para enfrentar los desafíos del futuro y convertirlos en oportunidades.

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Bethania García Briceño
Bethania García Briceño
Licenciada en Comunicación Social, especializada en el área de Comunicaciones Corporativas y Periodismo. Además, un diplomado de Libertad Expresión auspiciado por la UCAB y la SIP. Cinco años en el periodismo y cuatro en marketing digital.

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