Pese a la inseguridad, la inestabilidad política y la informalidad crónica, las micro y pequeñas empresas (mypes) del Perú se perfilan como un motor fundamental de la economía nacional. Representan más del 99 % del total de empresas y generan el 70 % del empleo privado, especialmente en los sectores Comercio y Servicios. Sin embargo, más del 75 % aún opera al margen de la formalidad.
Este escenario limita su acceso al financiamiento, seguros, tecnología y mercados internacionales. Además, la baja productividad sigue siendo un desafío. Según datos del Ministerio de la Producción (Produce), una microempresa apenas alcanza el 4,6 % de la productividad de una gran empresa; mientras que las pequeñas empresas se sitúan en un 27,1 %. La brecha tecnológica, la limitada innovación y la escasa capacitación técnica son factores determinantes.
En el ámbito internacional, la participación de las mypes es mínima: menos del 1 % incursiona en exportaciones, enfrentando barreras logísticas y regulatorias. Aun así, muchas de estas empresas emergen como respuesta al desempleo, evidenciando la resiliencia del emprendimiento peruano.
Lea también: Construcción en Perú se digitaliza mientras el ecommerce gana terreno en el sector
La digitalización y el comercio electrónico se han convertido en aliados clave para impulsar el desarrollo de las mypes, especialmente en regiones fuera de Lima. Iniciativas como Compras a MYPErú e Innóvate Perú ofrecen oportunidades para acceder a nuevos mercados y financiamiento para innovar.
Las proyecciones de ventas para el primer semestre de 2025 son positivas. Se anticipa un crecimiento del 6 % respecto al mismo periodo del año anterior, impulsado por campañas estacionales como el regreso a clases, el Día de la Madre y el inicio del invierno, que dinamizan el consumo de textiles, electrodomésticos, alimentos y bebidas.
En cuanto a la formalización, se estima que entre 55 000 y 60 000 mypes lograrán regularizarse este año gracias a los esfuerzos articulados de la Sunat, Produce y los gremios empresariales. El creciente interés por integrarse al mercado formal obedece a la necesidad de mayor estabilidad, acceso a recursos y mejores condiciones para competir.
El reto pendiente: simplificar los trámites administrativos para que más emprendedores puedan dar el salto hacia la formalidad sin barreras innecesarias.