BlackRock Inc., la mayor gestora de activos del mundo, está intensificando su presencia en América Latina con una estrategia de expansión que contrasta con la retirada de otras firmas financieras globales. En los últimos doce meses, la compañía ha concretado tres adquisiciones clave que refuerzan su capacidad operativa en la región, con especial interés en países como Chile, Perú, Colombia y Centroamérica.
Aitor Jauregui, director regional de BlackRock, explicó que la firma está fortaleciendo su infraestructura desde México, donde se ha incrementado la contratación de personal técnico y de ingeniería en Monterrey y Ciudad de México. Además, se sumó recientemente un ejecutivo en Brasil para atender el creciente mercado local.
Mientras entidades como HSBC, Julius Baer y Scotiabank han reducido o vendido sus operaciones en América Latina, BlackRock ve una oportunidad única: la falta de capital público para impulsar el desarrollo económico. Según Jauregui, las asociaciones público-privadas serán clave para financiar proyectos de infraestructura, que van desde ferrocarriles y puertos hasta centros de datos e iniciativas de inteligencia artificial.
La adquisición de Global Infrastructure Partners en octubre y la formación de una empresa conjunta con Vale SA en marzo —por US$1.000 millones— son parte de esta estrategia. BlackRock administra actualmente US$38.000 millones en activos brasileños, y anticipa un crecimiento sostenido en esa cifra.
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Además, la compra de HPS Investment Partners y Preqin refuerza su apuesta por el crédito privado y los mercados alternativos, sectores que están ganando terreno entre los fondos de pensiones latinoamericanos. En México, las Afores ya destinan hasta el 18% de sus carteras —valuadas en US$380.000 millones— a estos productos, y se espera que esa proporción aumente significativamente en los próximos años.
En Brasil, el ecosistema de crédito privado es robusto pero predominantemente local. BlackRock busca diversificar esa exposición mediante inversiones internacionales, aprovechando el interés creciente por bonos corporativos y gubernamentales, impulsado por las altas tasas de interés.
La firma cuenta con unos 400 empleados dedicados a América Latina, de los cuales 300 están en México. En Brasil, Fernando García —ex Morgan Stanley— se incorporó para fortalecer el vínculo con gestores de activos locales, un mercado que supera los US$1.8 billones.
BlackRock también facilita el acceso a mercados internacionales mediante BDRs (certificados de depósito brasileños), con 152 listados actualmente y planes de sumar 29 más.
A pesar de los desafíos globales, como los aranceles impuestos por la administración Trump, BlackRock mantiene una visión positiva sobre la región. Chile y Perú, por ejemplo, son productores clave de minerales esenciales para la transición energética, mientras que México sigue siendo estratégico por su papel en las cadenas de suministro globales. En Brasil, el sector agroindustrial representa otra área de interés.
“Vemos oportunidades tácticas muy atractivas en los mercados actuales. La economía estadounidense sigue siendo resiliente y ofrece tecnologías clave como la inteligencia artificial, que serán fundamentales para el desarrollo global”, concluyó Jauregui.