Sony Bank —la entidad financiera del grupo— anunció una relación estratégica con Bastion, proveedor regulado de infraestructura para stablecoins, con el objetivo de explorar (no “ya lanzar”) un ecosistema de pagos con stablecoin vinculada al dólar para compañías afiliadas de Sony, e incluso evalúa crear una subsidiaria en Estados Unidos.
El movimiento tiene dos lecturas: una tecnológica (blockchain) y otra, más importante, económica: quién controla el flujo del dinero dentro de un ecosistema digital con cientos de millones de transacciones al año.
Lo que está pasando
1) Sony Bank no ha confirmado un lanzamiento inmediato del token: lo que hay, por ahora, es un plan en exploración y un socio elegido para operar la parte crítica: emisión, redención, custodia y manejo de reservas mediante Bastion.
2) Sony sí tiene “riel” propio listo: Soneium, su blockchain pública tipo Layer 2 sobre Ethereum (basada en OP Stack), se lanzó a mainnet en 2025. Sony reportó en su comunicación corporativa que el testnet verificó más de 14 millones de cuentas y más de 47 millones de transacciones antes de abrir el entorno de producción.
3) En paralelo, el socio cripto del ecosistema ya puso una stablecoin en pista: Startale Group anunció Startale USD (USDSC), construida con la plataforma de M0, con la ambición de que sea moneda “por defecto” dentro de su app y del ecosistema Soneium.
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Por qué esto importa (más allá del “hype”)
Las grandes plataformas digitales llevan años viviendo con un costo silencioso: las comisiones del sistema de tarjetas. En EE. UU., los fees que se comen los comercios por aceptar tarjetas suelen moverse en el rango ~2% a 3% por transacción (dependiendo del mix de tarjeta, adquirente, fraude, etc.).
Con ese contexto, la lógica corporativa es simple:
- Si consigues que una parte de tus pagos ocurran dentro de tu propio circuito (suscripciones, compras in-app, rewards, microtransacciones),
- y reduces intermediarios (o cambias el riel de liquidación),
- el ahorro puede convertirse en margen directo.
Sony, además, tiene escala: su reporte corporativo muestra ventas consolidadas (excluyendo servicios financieros) por 12,043.9 miles de millones de yenes en FY2024. Y su red de gaming tiene una base masiva: Sony reportó 119 millones de usuarios activos mensuales en PlayStation Network al cierre de su Q2 FY2025 (dato trimestral).
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Lo que esta historia NO es
No es, al menos todavía, “Sony contra Visa y Mastercard a muerte”.
De hecho, el ángulo más ignorado en los relatos apocalípticos es que las redes de tarjetas ya están integrando stablecoins en distintos puntos de la cadena (payouts a wallets y liquidación/settlement con stablecoins para ciertos clientes). Visa, por ejemplo, anunció pilotos de payouts en stablecoin vía Visa Direct. Y Mastercard también está empujando iniciativas de settlement con stablecoins en alianzas regionales.
Dicho de otra manera: si las stablecoins se convierten en un riel relevante, las incumbentes quieren estar dentro, no fuera.
Lo que falta para que sea “disruptivo” de verdad
Para que un circuito de pagos con stablecoin cambie el equilibrio de poder, Sony (o cualquier gigante) tiene que resolver, a escala:
- On/off ramps sin fricción (entrar y salir de dólares bancarios a stablecoin) y cumplimiento AML/KYC.
- Experiencia de usuario: wallets, recuperación de cuenta, soporte, devoluciones.
- Protecciones que hoy vienen “empaquetadas” con tarjetas (fraude, disputas, chargebacks), aunque en digital goods eso también es una fuente de costos.
- Interoperabilidad: un “jardín cerrado” funciona para tu ecosistema, pero el salto a pagos externos (retail, viajes, terceros) reintroduce intermediarios.





