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Las redes sociales han dejado de ser simples plataformas de entretenimiento para convertirse en un factor clave en la toma de decisiones de compra en Perú. Según Kantar Ibope Media, el 61.3% de los peruanos consulta contenido en redes antes de elegir un producto o servicio, mientras que el 60.7% ha leído recomendaciones de otros consumidores.
La influencia de las redes sociales en el comercio digital ha superado a la publicidad tradicional. Los consumidores confían más en las experiencias compartidas por otros usuarios que en los mensajes de las marcas. Esta dinámica obliga a las empresas a integrar la conversación digital en sus estrategias, en lugar de limitarse a la difusión de contenido propio.
Willard Manrique, CEO del Grupo Crosland, destaca que la conexión entre usuarios tiene un peso determinante en la decisión de compra. “Las marcas deben enfocarse en generar contenido útil y relevante, no solo en captar atención. Hoy se compite por relevancia, no por visibilidad”, señala.
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El consumo de contenido visual es la actividad más frecuente en redes sociales, con un 51.4% de usuarios viendo fotos y videos a diario. Entre los millennials, esta cifra asciende al 55.5%. Además, un 24.3% publica contenido propio, lo que representa una oportunidad para las marcas de aprovechar el User Generated Content (UGC) y conectar de manera auténtica con su audiencia.
Las plataformas más influyentes en Perú reflejan esta tendencia. TikTok alcanza al 99% de la población adulta conectada, mientras que YouTube tiene una cobertura publicitaria del 55.5%. En contraste, Facebook y Twitter muestran tasas de abandono superiores al 30% entre los jóvenes.
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El consumidor peruano es cada vez más selectivo y exigente. Un 44.6% revisa redes apenas despierta, pero un 29.9% se siente abrumado por la sobreinformación. En este contexto, las marcas deben replantear su estrategia: no se trata de saturar, sino de ofrecer contenido útil y oportuno.
La lógica de consumo se orienta hacia lo inmediato, lo visual y lo cercano. Para mantenerse relevantes, las marcas deben dejar de competir por atención y enfocarse en generar valor real dentro del ecosistema digital. En un entorno donde el algoritmo decide, pero el usuario valida, la clave del éxito es la autenticidad y la utilidad.