Las pequeñas y medianas empresas (PYMES) han sido históricamente excluidas de las dinámicas del comercio internacional debido a las barreras que imponen los pagos transfronterizos. Aunque el auge del comercio electrónico y las herramientas digitales ha facilitado la expansión comercial, el manejo efectivo de pagos entre países sigue siendo un terreno complejo y desigual.
Tradicionalmente, la infraestructura de pagos internacionales ha favorecido a las multinacionales, con equipos financieros especializados, relaciones bancarias consolidadas y músculo para absorber comisiones. Las pymes, por el contrario, enfrentan múltiples intermediarios, altos costos operativos, demoras en la liquidación y una alarmante falta de transparencia
En mercados donde cada día cuenta y el capital circulante es limitado, perder entre 5% y 7% en comisiones puede frustrar la expansión internacional. Pagar a proveedores en Asia, cobrar a clientes en Europa o contratar talento en África implica navegar una red bancaria lenta y costosa que afecta directamente la sostenibilidad de estas empresas.
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La tecnología financiera está cambiando las reglas. Las billeteras digitales —en un inicio utilizadas para remesas entre pares— se están consolidando como motores de inclusión financiera. Su capacidad para ofrecer transacciones rápidas, datos precisos de remesas y una experiencia sin fricciones ha convertido a estos servicios en herramientas estratégicas para las pymes.
Plataformas como Papaya Global, que integran soluciones de pago globales como Citi, son ejemplo de cómo el ecosistema FinTech está democratizando el comercio. Ya no se trata solo de transferir fondos; las billeteras digitales ahora funcionan como sistemas operativos financieros: permiten acceso a crédito, generan indicadores de solvencia y simplifican la gestión internacional para empresas sin banca formal.