Amazon está probando un servicio que utiliza la vasta red de conductores de economía compartida de la empresa, conocidos como giga-drives para recoger los paquetes de los vendedores en los centros comerciales y entregarlos a los clientes. Si el programa se convierte en una parte permanente de las capacidades de entrega del gigante del comercio electrónico ayudará a Amazon a ampliar la gama de productos que pueden entregarse rápidamente.
Los clientes que necesitan una entrega en el mismo día o más rápida pueden ver qué productos están disponibles en su tienda local del centro comercial. Piden un producto a un minorista en Amazon.com y uno de los conductores de la empresa en Seattle lo entrega. El servicio se puso en marcha el año pasado y depende de los conductores de Amazon Flex, que utilizan sus propios vehículos para entregar los paquetes.
Aumento de la competencia ¿Por lo que Amazon expandes sus entregas?
La portavoz de Amazon, Lauren Samaha, dijo que “varios” de los socios minoristas de la empresa participan actualmente en el programa. Pero se negó a nombrarlos o a decir cuánto cuesta el servicio a los clientes o a las tiendas. Señaló que los minoristas llevan varios años ofreciendo sus productos para su entrega de la empresa. “Esta es otra forma de conectar a los vendedores de la empresa con los compradores con opciones de entrega convenientes”, dijo en una declaración por correo electrónico.
Esto podría intensificar aún más la ya feroz competencia entre los minoristas establecidos y las nuevas empresas que realizan entregas rápidas de productos pedidos en línea. A menudo utilizando conductores contratados. Instacart Inc. está ampliando su oferta a artículos no alimentarios. Mientras que DoorDash Inc. realiza algunas entregas para minoristas como Macy’s Inc.
Otros competidores de Amazon, como Walmart Inc. y Target Corp. utilizan gigacomputadoras para entregar algunos artículos en los estantes de las tiendas. En el marco de la nueva iniciativa, los conductores se detienen en los centros comerciales en lugar de las estaciones de entrega de la empresa. Es el último giro en una complicada relación entre Amazon y los centros comerciales norteamericanos. Que luchan por seguir siendo relevantes a medida que los compradores se apresuran a comprar en línea.
